viernes, 23 de marzo de 2012

Tahur


“De lo que se trata, es que basta una vuelta de la rueda,
para que todo cambie”
F. Dostoievski.

Sin tener más mano que ésta
Con que rasco mi propio cuerpo
Decidí ser tahúr y no poeta
(aquello sólo es un as bajo la manga).
Es tanta la compenetración en mi oficio
Que a veces me sorprendo
Lanzando miradas de falsa complicidad frente al espejo
Y como gitano
He visto en mi mano la miseria propia
Y sin vergüenza alguna la afronté como almirante
Sonriendo como si reinas lascivas me acariciaran los dedos


Si entras al bar de mala muerte
Verás al pianista atrapado por la noche
Es su sombra quien se sienta en la barra
Y él quien vuela tras ella como imitándola.
Su ex mano de carne no retiene ya las copas
Pero sus párpados conservan un abismo
Y dentro crece un murmullo tan sublime
Que le impide mudarse al otro mundo.


Estas extrañas visiones no son más que manifestaciones de la vida
Con todas sus ruletas y sus cartas marcadas
Ser tahúr es saber que hay detrás de cada máscara
Saber que un grito de violencia no es sino un grito de socorro
Y que el fracaso mismo tiene una carta bajo el brazo


Es por esto que sonrío con todo mi sudor
Toda apuesta es un abismo
Toda realidad una sorpresa
Cualquier certeza una falacia
Ni la muerte volteará todas mis cartas
Ni la vida me arruinará por completo


Los que me rodean dirán que lo he perdido todo
Y que mi oficio real es el fracaso

Pues bien

Apuesto un murmullo de piano
A que de la vida usurpé tan solo sus ganancias

No hay comentarios:

Publicar un comentario